A Touch of Sin _ Movie Review

A Touch of Sin

Jia Zhang Ke _ 2013 _ China

“Mira dónde ha llegado comparado con nosotros”

AUTOR: PABLO ARANDA

Algo huele mal en China. Y es que, a pesar de su deslumbrante crecimiento económico y la escasez de noticias provenientes del país, se vislumbran los terribles estragos de su cambio de modelo económico. El polémico director Jia Zhang Ke, que ya hundió el dedo en la llaga hablando de las dramáticas consecuencias de la construcción de la presa de las Tres Gargantas enStill Life (2006), se centra esta vez en cuatro historias independientes, aunque sutilmente cruzadas, basadas todas en sucesos reales ocurridos recientemente en China. A través de estas cuatro historias, Zhang Ke crea un fresco de la China del siglo XXI, todavía rural pero progresivamente urbana e industrializada, donde se han ido sustituyendo los dogmas de la revolución cultural maoísta por un feroz capitalismo y en el que la población china ha cambiado de amo sin dejar de ser súbditos y sin haber sido consultado en el camino. Una nueva China en estado de mutación; nuevas carreteras, nuevas ciudades y nuevos aeropuertos llamados a cambiar profundamente esta sociedad. Los nuevos amos de esta nueva China no son, en parte, tan nuevos; los viejos caciques del Partido se han adaptado a los nuevos tiempos y han vendido bienes públicos a grandes corporaciones quienes, finalmente, controlan la nueva y floreciente economía china. Sus súbditos tampoco han cambiado y los cuatros protagonistas de la película son claros ejemplos: todos ellos viven alienados bajo unas condiciones sociales y económicas injustas que les oprimen cometen actos de violencia. Estos personajes están solos y son conscientes de su indefensión en una sociedad hostil y por ello actúan, de forma plenamente consciente, como los personajes de un Western, porque saben que nadie lo hará por ellos y se impone la ley del más fuerte.

El tema de la violencia para Zhang Ke no es tanto innata o premeditada como una reacción a la situación que viven los personajes y a la que les ha abocado este modelo de cambio social; los personajes de A Touch of Sin la ejercen como un furibundo arrebato contra una injusticia, como un método de defensa o también para adaptarse y sobrevivir en este nuevo hábitat. La presencia de animales salvajes en la película no parece casual. Estos animales forman parte de la cultura china y su folclore pero parecen ocupar ya un lugar secundario en la nueva sociedad china más pragmática y menos espiritual. Sin embargo estos animales van apareciendo en el filme de forma premonitoria, coincidiendo con ataques violentos de los personajes y poseyéndolos durante los mismos. Esta idea se sustenta en el barroquismo que impregna las escenas violentas, como oníricos fogonazos, donde personajes calmados y pasivos provocan una matanza escopeta en mano o se reencarnan en un maestro del kung-fu armados con un simple cuchillo. Estas escenas suponen un contrapunto fantástico, incluso irónico, con el tono plomizo y pesimista de toda la película y deben ser tomados como episodios anecdóticos, casi extraordinarios, de rebeldía dentro de una sociedad china incapaz de alzar la voz y desprovista de herramientas legales para subvertir su situación.

La visión de Zhang Ke es totalmente oscura y desesperada. Allá dónde pone su objetivo sólo encuentra razones para el pesimismo, bien sea el caciquismo y el miedo en las zonas rurales, bien sea la explotación y la miseria en zonas urbanas, donde se abre paso una nueva generación de ricos que es retratada con gran crudeza en los dos últimos capítulos. Zhang Ke utiliza el final de año y las masivas migraciones como telón de fondo de estas historias cruzadas y las conecta entre si con gran acierto. De estas manera, el espectador adquiere conciencia de la homogeneidad de la sociedad china, aparentemente inconexa entre sus cientos de millones de habitantes, pero con un origen y tradición común y con unos lazos entre sus muchas realidades mucho más estrechos de lo que podemos pensar.