Un Prophète _ Movie Review

Un profeta (Un prophète)

2009 _ Jacques Audiard _ Francia

“¿Qué eres? ¿Qué eres? ¿Un profeta o qué?”

AUTOR: PABLO ARANDA

Malik acaba de entrar en la cárcel. Nada sabemos de su pasado pero parece un caso más en el que inmigración y marginalidad dan como resultado delincuencia. El típico caso de fracaso del modelo de multiculturalidad francés que viene padeciendo el país vecino en las últimas décadas. En los primeros ocho minutos vemos que su pasado y su presente han sido poco halagüeños, pero una broma comparado con lo que serán sus próximos seis años y, seguramente, el resto de su vida. Pobre, analfabeto, demasiado joven e inexperto y sin nadie que se preocupe por él ni fuera ni dentro de la cárcel donde, a pesar de ser musulmán no se integra con los otros. La caracterización de Malik es brutal y descarnada, la cámara sigue continuamente sus ojos, que serán los que nos reflejen su miedo, no sus palabras. No tiene en quien confiar y sus palabras no pueden reflejar miedo ni mostrar su fragilidad. En los próximos minutos, su vida en la cárcel sólo empeora pero es capaz de darse cuenta que esto no ha sido fruto de la casualidad, sabe que sus desgracias son resultado de su inexperiencia y juventud. No le queda otra que intentar cambiar su sino, ganarse el respeto. La cárcel es una jungla con distintos clanes donde prima el más primitivo instinto de supervivencia y él está en medio, es una presa fácil y si quiere salir adelante tendrá que ser el más fuerte. O el más listo.

Comienza entonces un período de aprendizaje que le hará cambiar en los próximos años. Malik es totalmente hermético, no comparte sus planes y anhelos con nadie y sólo puede llamar amigo a Ryad que pronto abandonará la cárcel. Sin embargo el aprendizaje con este le mostrará el camino a seguir y hacia él mostrará un gesto desinteresado de humanidad. Tendrá que agachar la cabeza, tragar saliva y obedecer, por ahora debe sobrevivir. Pero su aprendizaje no tendrá como objetivo la mera supervivencia, con el tiempo aprovechará cualquier oportunidad para progresar y para ello tendrá que humillarse con los que manejan en la sombra el presidio. La crudeza de la vida del recluso, tanto en la cárcel como luego fuera de ella, son presentados de forma frontal al espectador al que también se le invita a reflexionar en las razones por las que Malik (o los miles de Malik que abarrotan las cárceles del primer mundo) ha llegado ahí y si de verdad ha tenido alguna otra opción en la vida o si simplemente este es el destino para la gente de su condición en nuestra sociedad. Malik entra en la cárcel como quien viene a la vida; desnudo, sin conocer a nadie y sin ninguna creencia. Este renacimiento, nos presenta a Malik como pequeño salvaje que es arrojado a un entorno hostil donde debe adaptarse a aprender pero debe hacerlo rápido. Y Malik lo hace con una habilidad sobrenatural, como un elegido. Como un profeta.

Es Un Profeta la cima hasta el momento del director Jacques Audiard. El parisino crea una película monumental, de puro cine, donde no sobra una escena en sus dos horas y media de media de metraje. Realista y cruda, donde la violencia está presente en toda la película, ya sea de forma implícita por la tensión que se vive en la cárcel por las continuas luchas de poder, ya sea explícita. Si has visto la película, estarás pensando en la escena con la cuchilla. Sí, esa escena. Elementos del género carcelario y negro de los que pensábamos que estaba ya todo visto, se mezclan pero con un resultado en apariencia crudo y parco pero que resulta brillante y coherente, una historia de aprendizaje, como un David Copperfield o un Lazarillo de Tormes, un bildungsroman del siglo XXI.